Escrito por Max Tegmark y publicado por Antoni Bosch editor en 2014 (el original es del 2012).
Esta vez tengo que volver a reconocer que al autor no lo conocía de nada, pero con el título y la portada del libro con la frase de Michio Kaku "Audaz, radical, innovador. Trastoca las reglas del juego" tengo que reconocer que me han ganado y estaba obligado a leerlo.
Coincido con Michio Kaku en que el libro cambia la perspectiva que solemos tener sobre el universo en el que vivimos. En lugar de preguntarnos, como hizo Paul Wigner, ¿por qué las matemáticas explican tan bien nuestro universo?, el autor lo que defiende es que el universo "es matemáticas" y por eso no debería sorprendernos que las matemáticas lo expliquen.
Por supuesto, su argumento lo desarrolla y lo defiende bastante bien, incluso explicando por qué muchos físicos no están de acuerdo con él. Va explicando paso a paso por qué cree que hay multiversos de distintos tipos, desde el I al IV, explicando también lo que entiende por "estructura matemática" (en la página 160 hay un cuadro resumen bastante útil). Es verdad que así dicho, lo de los multiversos no suena muy científico, pero tal y como va desarrollando cada tipo, las cosas tienen su lógica (desde los multiversos originados por la inflación hasta los supuestos multiversos originados por el colapso (o no) de la función de onda). Un punto de vista diferente, desde el mismo comienzo del libro cuando dice, citando a Darwing: "siempre que usemos tecnología para atisbar la realidad más allá de una escala humana, fracasará la intuición que hemos desarrollado en la evolución" (como bien hemos podido comprobar en escalas muy grandes (relatividad) y en escalas muy pequeñas (cuántica).
Mientras desarrolla sus ideas va mencionando temas que nos deberían sonar (como los espacios de Hilbert) y muchos que, al menos a mi no me sonaban demasiado, como la tomografía en 21 centímetros, el supuesto de automuestreo fuerte (muy relacionado con el principio antrópico), el argumento del día del juicio final, y muchos otros términos técnicos, pero mezclados con bastante humor (incluyendo muchas referencias a la famosa "guía del autoestopista galáctico") y citas de otros científicos, como una de Roger Penrose que dice: "probablemente hay más posturas distintas ante la mecánica cuántica que expertos . Esto no es incoherente, puesto que algunos físicos cuánticos defienden distintas concepciones al mismo tiempo".
Por resumir, un libro de 451 páginas que hay que leer con calma (hay algunos capítulos densos), pero que merece la pena, aunque sólo sea por ver un enfoque diferente ante los problemas conceptuales en nuestro intento de explicar el universo. También menciona el Instituto de Preguntas Fundamentales (creado por él y Anthony Aguirre), al que habrá que echar un vistazo con calma.
Como siempre, copio un trocito (iba a poner otro, pero este me ha parecido muy actual, a pesar de estar escrito en el 2012):
"Sin embargo, el breve siglo en el que vivimos seguramente es el más trascendente de toda la historia de este universo: el siglo en el que se decidirá el sentido de su futuro. Tendremos la tecnología necesaria tanto para autodestruir como para diseminar la vida por el cosmos. La situación es tan inestable que dudo que podamos seguir en esta encrucijada más de un siglo más. Si acabamos tomando la senda de la vida y no la de la muerte, entonces, en un futuro lejano, este cosmos rebosará de vida con un único origen: lo que hagamos aquí y ahora. No tengo ni idea de cómo nos imaginarán, pero estoy seguro de que no nos recordarán como insignificantes".
Clasificación:
Facilidad de lectura: 3 (hay partes que hay que leer con calma).
Opinión: 3-4 (merece la pena leerlo aunque sólo sea por la originalidad)