Escrito por John D. Barrow y publicado por editorial Crítica dentro de la colección Drakontos en el 2006 (el original es del 2002).
Al autor (tristemente fallecido en el 2020) ya lo conocía, que había comentado otro libro suyo (éste) y era catedrático en el departamento de matemática aplicada y física teórica en la Universidad de Cambridge, así que para hablar de constantes está más que cualificado y, además, el anterior libro suyo que me leí me pareció bastante bueno.
El libro, por resumir de qué va con palabras del autor: "plantea la pregunta más básica de todas: ¿son las constantes de la naturaleza realmente constantes después de todo?". Claro está que no se refiere a constantes matemáticas sino a constantes físicas, aunque menciona algunos números curiosos, como el número de Eddington (el número de protones del universo) o el número de Holderness (el número de estructuras eléctricas diferentes que podría sostener el cerebro).
Realiza un recorrido por los diversos métodos del calculo de algunas de ellas y por las posibles consecuencias de que realmente se vayan modificando con el paso del tiempo, comprobando además qué niveles de variaciones serían permisibles en el pasado y las que podrían ocurrir en el futuro y sus consecuencias. Como suele ocurrir, aparece gente muy habitual dentro del mundo de la física, y otros que no se mencionan tanto, como Stan Ulam (que estuvo en el proyecto de Los Álamos y del que comenté un libro: éste), Immanuel Kant que intuyó que existía una conexión entre el número de dimensiones del espacio y la forma de las leyes y las constantes de la naturaleza que viven dentro de ellas, Ehrenfest (y su teorema), que demostró que en mundos con más de tres dimensiones espaciales no podían existir átomos estables en absoluto (y al que cogí mucho cariño por el primer libro que comenté en el blog: éste), la teoría de Kaluza-Klein (que no podía faltar cuando se habla de dimensiones extra), y más personajes famosos, aunque no sólo de física y matemáticas, que como habla de evolución, también aparece Darwin (y tiene el detalle de mencionar a Alfred Wallace, que casi todo el mundo se olvida de él) y como no, aunque fuera del mundo de la ciencia, tenía que aparecer alguna referencia a Douglas Adams y su "trilogía de cinco libros".
Resumiendo, un libro de 308 páginas que se leen muy bien (el capítulo 10 titulado "nuevas dimensiones" me ha parecido muy, muy bueno) y de forma relativamente simple. También hace una mención a un libro curioso que es; Planilandia de Edwin Abbott, que me lo leí hace tiempo en pdf y recuerdo que me gustó. A ver si lo releo y lo comento aquí.
Como siempre, copio un trocito:
"Una característica interesante de estos conjuntos inflacionarios es que no nos piden que creamos en un multiverso de otros mundos de estatus dudoso. No son mundos paralelos ni mundos imaginarios, y quizá ni siquiera son mundos meramente hipotéticos. Lo que cuenta como un "mundo" es tan sólo una región muy grande de nuestro único universo. Y si nuestro universo es infinito en extensión, entonces el número de alternativas que puede generar la inflación quizá sea también infinito. Si agota todas las posibilidades lógicas de variación que hay disponibles, cualquier posibilidad que pueda existir, existirá en algún lugar, y no sólo una vez sino a menudo infinitamente. Una cosa que podemos decir con certeza sobre esta idea es que, si es verdadera, no puede ser original".
Clasificación:
Facilidad de lectura: 2 (hay alguna parte un poco más densa)
Opinión: 4