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martes, 11 de junio de 2019

El laberinto cuántico




















Escrito por Paul Halpern (2017) y publicado por Editorial Crítica dentro de la colección Drakontos en 2019.

Nuevamente reconozco mi desconocimiento del autor, pero el subtitulo del libro hacía inevitable que lo comprase: "Cómo Richard Feynman y John Wheeler revolucionaron el tiempo y la realidad". Y si encima, el autor es profesor de física en una universidad y autor de varios libros de divulgación, había que leerlo sí o sí.

Con lo que dice el subtítulo, ya nos hacemos una idea estupenda de lo que va el libro: de las relaciones entre dos grandes de la física y de la forma en que su colaboración hizo avanzar la ciencia.

La historia está narrada en forma cronológica y nos cuenta muchos detalles de la vida de los dos protagonistas y sobre todo, de su investigación conjunta, comenzando por la que tuvieron como director de tesis (Wheeler) y doctorando (Feynman) y plantea una curiosa pregunta al producirse un cambio en el director de tesis de Feynman antes de que éste llegase a Princeton, pasando de ser Wigner a Wheeler.

El libro nos pone primero un poco al día de la situación geopolítica de la época, de las universidades en USA y de los temas interesantes que se estaban desarrollando en esa época (a nivel de física). Da detalles curiosos, como que el fundador del departamento de matemáticas de Princeton fue atropellado cuando iba en bicicleta (vamos, que este tipo de cosas viene de hace tiempo). Y una vez que estamos un poco orientados, empieza a narrar la vida de Feynman y Wheeler y sus contribuciones al desarrollo de la mecánica cuántica (y de muchas otras cosas). Pero no sólo habla de ellos, habla, como no podía ser de otra forma, de casi todos los implicados en los desarrollos que tuvieron lugar en aquellos años (incluido el proyecto de la bomba atómica).

No hay ninguna fórmula en el libro, o al menos yo no recuerdo ninguna, pero hace mención a muchas, entre otras la ecuación de Dirac (una de las más breves en física, pero con más implicaciones), la constante de estructura fina (1/137), el desplazamiento de Lamb, el método diagramático (Feynman y Dyson), las integrales funcionales (o integrales de trayectoria), la ecuación Wheeler-DeWitt, y muchas otras, junto con muchos de los participantes en los desarrollos de todas ellas, como Einstein, Ulam, Gödel, Born, Misner, Thorne, etc ... y entra en las relaciones entre ellos y comenta incluso algunas anécdotas curiosas, como una vez que Feynman se dirigió a Thorne y le dijo (refiriéndose a Wheeler): "este tipo parece loco. Lo que la gente de tu generación no sabe es que siempre lo ha parecido. Pero cuando yo era alumno suyo descubrí que, si tomas una de sus ideas extravagantes y le vas quitando una tras otra todas las capas de locura, como si quitaras las capas de una cebolla, en el centro de la idea a menudo encontrarás un potente meollo de verdad". También cuenta que a Feynman le ofrecieron mucho títulos honorarios que rechazó porque recordaba su duro trabajo en Princeton para obtener su doctorado y no quería desvirtuar el significado de un título consiguiendo uno sin habérselo ganado (igual, igual que lo que pasa aquí). Habla también de los problemas de la interpretación de la mecánica cuántica, como que "si es necesario que haya personas que desencadenen el colapso de una función de onda hasta estados que representen valores medidos concretos, se preguntaba, ¿por qué no podría hacerlo también un ratón?".

Resumiendo, son 293 páginas que se leen muy bien y de forma muy fácil (aunque en mi opinión, alguna fórmula hubiese sido de utilidad en algunos puntos).

Antes de copiar un trocito, comentar que, nuevamente, se menciona "La última pregunta" de Isaac Asimov (si es que al final esa pequeña historia de diez páginas hay que leerla).

Ahora sí, copio un trozo:
"Cuando Stephen Hawking, que estudió las propiedades de los agujeros negros como las condiciones para las singularidades, se enteró de la propuesta de Bekenstein, al principio tenía dudas. Si los agujeros negros poseían entropía, también debían tener temperatura, lo que significaba que radiarían hacia el espacio vacío. Cualquier cosa con temperatura no cero, rodeada por un vacío todavía más frío, ha de exudar calor. Pero todos sabían que, según la definición clásica, nada puede escapar de un agujero negro, ni siquiera la radiación. No obstante, Hawking era lo bastante amplio de miras para calcular qué ocurriría en una situación cuántica simple. Para su sorpresa, determinó que un agujero negro radiaría muy lentamente hacia el espacio a su alrededor. Este goteo de lo que acabó por conocerse como "radiación de Hawking" haría que su temperatura se redujera de manera gradual hasta que al final alcanzara el equilibrio con el espacio a su alrededor, un proceso que podría durar muchos miles de millones de años, en función del tamaño del agujero negro. Hawking anunció sus resultados en una conferencia asombrosa titulada "Los agujeros negros son blancos por el calor"."

Clasificación:
Facilidad de lectura: 1
Opinión: 4

PD: Dentro del libro comenta bastantes cosas sobre un libro (técnico) de Wheeler, Misner y Thorne titulado: Gravitation (que tiene buena pinta pero sólo lo he encontrado en inglés).

jueves, 13 de octubre de 2016

¡Ojalá lo supiera!


Escrito por Michelle Feynman y Carl Feynman en 2005 y editado, como no, por Editorial Crítica dentro de la colección Drakontos en 2006.

Bueno, antes de nada, tengo que hacer un pequeño matiz al "escrito" anterior. Realmente, tal y como reza el subtitulo del libro: "Las cartas de Richard P. Feynman", el libro podríamos decir que lo ha escrito Richard P. Feynman y lo han ordenado sus hijos, que han realizado un enorme esfuerzo para ordenar las innumerables cartas que recibió y contestó su padre a lo largo de su vida.

De Richard Feynman, poco puedo decir que no haya dicho ya a lo largo de mis comentarios anteriores, ya que sale mencionado en casi todos los libros (no en vano es/fue un de los más destacados físicos del siglo XX). Al margen de multitud de vídeos de sus conferencias en internet, también se pueden ver vídeos suyos en la BBC y se pueden leer en la web del Caltech sus famosas Lectures on Physics (no me ha quedado muy claro que haya edición en español de los tres libros, aunque sí que he visto que de dos al menos sí que hay). De él ya he comentado otros libros, como "Los caminos cuánticos", "El carácter de la ley física" y "Qué significa todo eso?".

El que no quiera leerse el libro pero le apetezca saber algo sobre la vida de este tremendo científico, puede echar un vistazo a un vídeo bastante bueno que circula en internet (no se si estará en español también, pero en inglés se entiende bastante bien), que es "éste".

El libro, tal y como se indica antes de abrirlo, son una colección de cartas, tanto recibidas como emitidas por Feynman a lo largo de su vida, y sirven para hacernos una buena idea de cómo era la persona, el personaje y todos los hechos que le rodearon. Hay que recalcar que algunas partes se pueden hacer un pelín largas (no en vano, el libro son 404 páginas de cartas, más seis apéndices con otras 48 páginas de entrevistas), pero están muy bien organizadas por años, por lo que se puede ir viendo la evolución del hombre detrás de ellas.

Yo reconozco que lo he disfrutado, pero también reconozco que tengo un sentimiento de admiración hacia este hombre que no logro explicar el por qué, pero está ahí, así que muy imparcial no voy a poder ser.

De casi todas las cartas se pueden sacar buenas ideas sobre múltiples temas, por ejemplo hay una carta a un antiguo alumno suyo (Koichi Mano) que habla sobre lo que es humilde y no en ciencia (muy buena), otras en las que hace bromas ingeniosas: "La respuesta es perfectamente clara a primera vista. El problema era que algunos pensaban que era perfectamente clara en un sentido, y otros pensaban que era perfectamente clara en el sentido contrario", otras en las que se mete con sigo mismo: "Sólo porque Feynman diga que él está a favor de la energía nuclear, eso no es en absoluto un argumento digno de prestar atención porque yo puedo decirle (pues lo sé) que Feynman no sabe realmente de lo que está hablando cuando habla de estas cosas. Él sabe de otras cosas (quizá)", aquí se nota su rechazo a la autoridad establecida (que también se puede notar en un vídeo que puse hace tiempo, éste), otras en las que demuestra que era humano y se despistaba también: "En una ocasión en que estábamos juntos, un jóven vino a explicarnos a ambos sus ideas sobre la superconductividad. Yo no entendía lo que el colega estaba diciendo, así que pensé que debía ser un absurdo (un mal hábito que tengo). Quedé sorprendido al oír que Onsager decía: "Sí, esa parece ser la solución al problema". ¿Quería decir que el enigma de la superconductividad estaba resuelto, y yo ni siquiera sabía lo que decía el joven? Supongo. Nunca he estado seguro; creo que el joven tal vez fuera Cooper.", aquí, la hija pone una nota en la que aclara que Cooper se llevó el premio Nobel por la teoría de la superconductividad (BCS por las iniciales de los tres que compartieron el premio Nobel). Hay alguna a un científico español (Blas Cabrera) en la que hablan del Squid y de el posible monopolo magnético. En otras cartas hace gala de un magnífico sentido del humor: " ... al parecer aún tengo un fallo funcional pues recuerdo que el suceso ocurrió el 25 de junio a las 19:33:24 mientras que su instrumento dice que ocurrió el 6 de junio a las 19:33:18. Los seis segundo no me preocupan, pues mis errores temporales ya tenían una desviación estándar de 10 segundos antes del accidente, pero el error de 19 días es una prueba de una grave discapacidad funcional (probablemente resultante del hematoma)." En fin, hay multitud de cartas (incluyendo una muy emotiva que le escribe a su primera mujer después de haber fallecido) y en una de las finales (aunque también habla del tema en otras anteriores) explica muy bien todo el asunto de la comisión del Challenger y de el general Kutyna.

No es un libro de divulgación científica al uso, pero para mi, ha merecido la pena leerlo. Quizás se pueda hacer un poco largo para alguien si lo lee del tirón, pero se pueden leer un par de cartas al día sin ningún problema ya que son independientes unas de otras.

Como siempre, copio un trocito:
Antes de copiarlo, comentar que está analizando la idoneidad de unos libros de texto que había leído para el plan de estudios del estado de California.
"En un libro de primer curso me topé con una frase del tipo: "Descubre si el conjunto de caramelos tiene el mismo número que el conjunto de chicas", cuando lo que quería decir es "descubre si hay un caramelo para cada una de las niñas".
Los padres están aterrorizados ante este lenguaje. No dice más, ni dice lo que dice de una forma más precisa que lo que hace la pregunta "descubre si hay un caramelo para cada una de las niñas", una frase perfectamente comprensible para cualquier hijo y cualquier padre. No hay ninguna necesidad de este absurdo del lenguaje superespecial, simplemente porque ese tipo de lenguaje es utilizado por matemáticos puros. No se aprende una disciplina utilizando las palabras que utilizan las personas que conocen la disciplina cuando discuten sobre ella. Hay que aprender cómo manejar las ideas y luego, cuando surgen las sutilezas que requieren un lenguaje especial, dicho lenguaje especial puede ser utilizado y desarrollado fácilmente. Hasta entonces, lo que se necesita es claridad."

Clasificación:
Facilidad de lectura: 1.
Opinión: 4 (pero ya he explicado que no soy muy imparcial).

sábado, 27 de agosto de 2016

El futuro del espaciotiempo




















Escrito por Stephen Hawking, Kip S. Thorne, Igor Novikov, Timothy Ferris y Alan Lightman y publicado por Editorial Crítica dentro de la colección Drakontos (como no podía ser de otra manera) en 2003 (la edición original es del 2002).

Bueno, no hay que dar muchas explicaciones sobre por qué escogí leerme este libro; con echar un vistazo a los autores creo que se entiende muy bien. Antes de comentar nada del libro, sí que quería aprovechar que aparece Kip Thorne por aquí para recomendar a todo el mundo que le eche un vistazo a la película Interestelar y a la ciencia que hay detrás de la misma, porque me pareció la mejor película de ciencia-ficción que he visto jamás. Y remarco la palabra ciencia porque realmente es la mejor película de divulgación científica que he visto (salí del cine gratamente sorprendido).

Bien, dicho esto, comentar que el libro son adaptaciones de unas charlas dadas en el Caltech en el 2000 para celebrar el 60 cumpleaños de Kip Thorne (al que por cierto engañaron durante toda la fase previa para que cuando se diese cuenta de lo que iba a pasar fuese demasiado tarde para poder escabullirse).

Para prepararnos un poco más y tener una base un poco más solida para poder comprender las conferencias, Richard Price hace una introducción bastante buena ("bienvenidos al espaciotiempo"). En apenas 42 páginas nos hace un muy buen repaso a cómo se ha llegado a entender lo que hoy entendemos que es el espaciotiempo. Comienza con las observaciones discrepantes, la relatividad de Galileo, las ecuaciones de Maxwell (y los sistemas de referencia espaciotemporales), la relatividad de Einstein, los espacios de Minkowski, los horizontes de sucesos, los agujeros de gusano, las ondas gravitacionales, ... todo escrito de una forma muy sencilla e ilustrado con gráficos bastante explicativos.

Con esos conocimientos más claros, ya se puede pasar a leer las cinco charlas de las que consta el libro (realmente se pueden leer sin la introducción previa, pero siempre está bien aprender algo si no se sabía o recordarlo si se había olvidado).

No voy a desmenuzar demasiado las charlas, porque tampoco son demasiado largas (digamos que cada una ocupa más o menos treinta páginas), pero si me gustaría comentar un poco de qué va cada una. La primera (de Igor Novikov) especula sobre si se puede o no cambiar el pasado y la restricción del libre albedrío que esto implicaría. Está llena de dibujos para entender todo de forma gráfica, que es mucho más sencillo que si nos ponen las ecuaciones. La segunda (de Stephen Hawking) es una continuación de la primera y habla de la protección de la cronología y de si el espaciotiempo admite curvas cerradas de género tiempo (analiza el punto de vista clásico, semiclásico y de gravedad cuántica). Mientras analiza todas las posibilidades, coincide con Igor Novikov en que incluso si resulta que el viaje en el tiempo es imposible, es importante que entendamos por qué es imposible (durante la charla comenta la idea de Feynman de la suma de historias, lo que es un Universo de Gödel, la condición de energía débil, etc). Igual que la anterior charla, cuenta con numerosos gráficos que nos ayudan a entender mejor las cosas. La tercera charla (de Kip S. Thorne) es la más larga de todas (supongo porque es el protagonista en esta ocasión) y habla de las distorsiones del espaciotiempo y el mundo cuántico y hace unas cuantas especulaciones sobre el futuro (concretamente diez). Durante la charla habla de singularidades, agujeros negros, hiperespacios, ondas gravitacionales, interferómetros laser, de sus apuestas con Hawking (de estas ya he hablado en ocasiones anteriores), del LIGO, del LISA, en fin de multitud de cosas realmente interesantes y especula sobre lo que se irá descubriendo en los próximos años. La cuarta (dada por Timothy Ferris) y la quinta (de Alan Lightman) de dedican a hablar de la divulgación científica y de los físicos como novelistas. No voy a comentar nada de estas dos charlas, porque voy a copiar un trozo, algo largo, pero que describe una sensación que todos los que hemos tratado con problemas complicados hemos sentido alguna vez.

Por resumir, 204 páginas que se leen bastante bien y que tiene un glosario final muy bueno por si se nos despista algún concepto.

Como siempre, copio un trocito (esta vez un poco más largo de lo habitual):
"Tras un periodo inicial de estudio y trabajo, yo había conseguido establecer las ecuaciones que había que resolver. Pero entonces di con un muro. Sabía que había cometido un error, porque un resultado intermedio no salía tal como debería, pero yo no podía encontrar ningún error. Y no podía seguir. Día tras día comprobaba cada ecuación, caminando de un lado a otro de mi pequeño des`pacho sin ventanas, pero no sabía qué es lo que estaba haciendo mal, qué es lo que había pasado por alto. Esta confusión y este fracaso continuaron durante meses. A diferencia de todos los otros problemas que yo había encontrado en la escuela, no podía buscar la respuesta en un libro. La respuesta a este problema no se conocía. Yo estaba obsesionado con mi problema de investigación; le daba vueltas día y noche. Algunos días no salía del despacho. Comía y cenaba allí. Guardaba latas de atún en los cajones. Dejé de visitar a mis amigos. Estaba empezando a dudar de mi capacidad. Estaba empezando a creer que yo no tenía lo que se necesitaba para ser un científico.
Entonces, una mañana - recuerdo que era una mañana de domingo - me desperté hacia las 5 a.m. y ya no pude volver a dormir. Estaba en mi apartamento, no en mi despacho. Me sentía muy excitado. Algo estaba sucediendo en mi mente. Estaba pensando en mi problema científico y veía en profundidad. La sensación física era que mi cabeza se despegaba de mis hombros. Me sentía ingrávido. Estaba flotando. Y no tenía absolutamente ninguna sensación de mí mismo. Era una experiencia completamente ausente de ego o pensamiento alguno de las consecuencias, de aprobación o gloria. No tenía ninguna de estas sensaciones. Tenía una sensación de certeza. Tenía una fuerte sensación de ver profundamente en este problema y entenderlo y saber que estaba en lo cierto. Ése es un aspecto increíble del momento creativo: saber que estás en lo cierto, esa cautivadora sensación de exactitud.
De modo que con esas sensaciones que irrumpían en mí salí de la cama de puntillas, casi reverencialmente, temerosos de perturbar cualquier extraño proceso mágico que estuviera ocurriendo en mi cabeza, y fui a la cocina. Tenía allí una mesa y saqué las hojas con mis cálculos. Un minúsculo rayo de luz diurna empezaba a entrar por la ventana. Aunque yo era ajeno a todo lo que me rodeaba, el hecho es que estaba completamente solo. No creo que ninguna otra persona en el mundo hubiera podido ayudarme en ese momento. Y no quería ninguna ayuda. Tenía todas esas sensaciones y revelaciones en mi cabeza, y estar solo con todo eso era una parte esencial de ello. Yo sabía cosas que nadie más sabía. Y este conocimiento me hizo sentirme poderoso, como si pudiera hacer cualquier cosas. Estaba en esta fantástica situación de ver. Puesto que no tenía sensación de mí mismo, no había ningún "yo" viendo, ningún veedor. Era sólo pura visión.
Me senté en la mesa y empecé a trabajar, haciendo aquí y allí simplificaciones que yo comprendía que eran buenas aproximaciones porque podía ver el problema en su totalidad. De algún modo, quizá durante semanas, mi mente había tomado caminos secretos, ensayando diferentes posibilidades y conexiones, y ahora se desbordaba. Al cabo de un tiempo en la mes de la cocina, yo había resuelto mi problema de investigación. Salí de la habitación, sintiéndome atónito y poderoso. De repente oí un ruido, miré el reloj de la pared y vi que eran las dos de la tarde."

Clasificación:
Facilidad de lectura: 1-2
Opinión: 4-5

lunes, 11 de julio de 2016

Los caminos cuánticos - Feynman




















Escrito por Jesús Navarro Faus y publicado por Nivola dentro de la colección "Científicos para la historia" en 2007.

El autor es profesor de investigación del CSIC en el Instituto de Física Corpuscular, lo cual me hacía sospechar que sabía de lo que hablaba cuando escribió este libro, y, efectivamente, no me he equivocado.

Obviamente, el libro, al igual que el resto de los que forman esta colección es una pequeña biografía junto con una explicación de las principales investigaciones y logros del autor (por eso hacía falta que lo escribiese alguien con capacidad para entender de lo que hablaba Feynman cuando hablaba de física).

De Richard Feynman, ya he comentado dos libros suyos: "¿Qué significa todo eso?" y "El carácter de la ley física". Y también he comentado uno, que me pareció muy bueno, de Leonard Mlodinow, "El arco iris de Feynman". Así que, no me parecía que estuviese de más leerme un poco su biografía y un resumencillo de sus contribuciones a la física.

Creo que, casi todos los aficionados a la física (a nivel divulgación) le recordarán por haber sido el que averiguó el por qué de la explosión del Challenger en 1986 (muy bien detallada en éste libro, junto con la participación en su resolución del general Kutyna, de la que yo personalmente no sabía nada antes). Bueno, al margen de eso, para mi Feynman siempre será uno de los físicos más grandes de todos los tiempos, no sólo por sus múltiples contribuciones a la física, sino por haber sido capaz de explicar las cosas siempre desde puntos de vista diferentes, cuestionándose cualquier cosa que no fuese capaz de explicar por si mismo, y eso es algo que deberíamos hacer todos, en todas las facetas de nuestra vida. Como muy bien dijo algunas veces: "los enunciados de la ciencia no tratan de lo que es cierto y de lo que no es cierto, sino que son enunciados de lo que se conoce con diferentes grados de certeza". Era alguien que no echaba balones fuera, ni siquiera cuando no sabía algo. En una conferencia dijo una vez: "¿por qué los físicos teóricos no hemos resuelto este problema? No tenemos excusa con decir que no hay bastantes experimentos. Esto no tiene nada que ver con los experimentos ... Sería como mirar al final del libro para conocer las respuestas ... La única causa por la que no podemos con este problema de la superconductividad es que no tenemos bastante imaginación".

Como es lógico, comienza hablando de Feynman y de sus relaciones familiares y se repite (no exactamente igual, pero se repite) una anécdota que ya había leído en otro libro y que, como siempre me pareció muy buena, la voy a copiar al final del comentario del libro.

Después va narrando la vida y los logros que iba consiguiendo, incluyendo su estancia en Los Alamos para el descubrimiento de la tristemente famosa bomba atómica (link a las cartas que escribió Einstein al presidente Roosevelt). Por supuesto, narra su vida particular y sus varios matrimonios (hay una carta que escribe a su mujer Arline que es simplemente espectacular) y sus relaciones con otros físicos (incluido, por supuesto, Murray Gell-mann y sus discusiones entre partones y quarks). Habla de multitud de temas, en los que al final entran casi todas las ramas de la física en juego , la electrodinámica cuántica (con la que se llevó un premio Nobel compartido), los condensados de Bose-Einstein, la constante de estructura fina (el famoso 137 que ya he comentado en alguna otra ocasión), sus diagramas de Feynman (grafos de Dyson, que por cierto ha saltado otra vez a la fama con la famosa estrella que podía estar contenida en una esfera de Dyson). En fin, de todo un poco, y, según va haciendo falta hace un resumen de la vida de otros físicos con los que se relaciono y una breve explicación de los conceptos que pudiesen resultar más complicados (que son unos cuantos).

En fin, un muy buen libro, que se lee de forma rápida (son sólo 219 páginas). Merece la pena. Como dijo Schwinger (uno de los que compartió el premio Nobel con él): "Al igual que los chips de silicio de estos últimos años, los diagramas de Feynman habían abierto el cálculo a las masas" y aunque sólo sea por eso, merece la pena echarle un ojo al libro.

Tal y como dije, copio una anécdota del libro:
"Pero el padre de Feynman sí que le había enseñado: "¿Ves ese pájaro? Es una curruca de Spencer. En italiano se dice Chutto Lappittida. En portugués, Bom da Peida. En chino, Chung-long-tah y en japonés Katano Tekeda. Puedes aprender el nombre de ese pájaro en todas las lenguas del mundo, pero cuando hayas acabado no sabrás nada del pájaro. Sólo sabrás algo de los humanos en lugares distintos y cómo llaman al pájaro. Así que vamos a mirar el pájaro y observar qué está haciendo". Aunque Feynman era consciente de que todos los nombres eran inventados, retuvo el mensaje que le transmitió su padre: saber los nombres es importante en la comunicación entre humanos, pero un nombre no es la cosa nominada".

Clasificación:
Facilidad de lectura: 1-2 (ó sólo 1 si nos saltamos las explicaciones).
Opinión: 5

jueves, 26 de mayo de 2016

El paisaje cósmico



















Escrito por Leonard Susskind y publicado por Editorial Crítica dentro de su colección Drakontos en 2007 (el original es del 2006). Antes de seguir, me gustaría comentar, que no se si lo he hecho en algún otro momento, que el director de esta colección es José Manuel Sánchez Ron, y hace un gran trabajo, al menos en mi opinión, ya que de esta colección me he leído bastantes libros (y tengo otros muchos pendientes de leerme). También me he leído algún libro suyo, como el de "Cartas a Isaac Newton" (que me gustó bastante) y tengo algún otro en casa pendiente de leerme, como el de "Los pilares de la ciencia".

Sobre el autor, decir, tal y como dije cuando comenté otro libro suyo ("La guerra de los agujeros negros") que es el actual director del Instituto de Física Teórica de Stanford, y con eso basta para que merezca la pena leerlo. Si además le sumamos que el anterior que me leí (que casualmente era del 2007 y me lo debería haber leído después de éste, pero nadie es perfecto) me gustó bastante y me pareció que estaba bien escrito, pues razón de más, para, tal y como dije cuando comenté el anterior, poner éste entre los próximos que tenía para leer.

El título viene acompañado por la siguiente frase: "Teoría de cuerdas y el mito del diseño inteligente". Con eso ya nos podemos hacer una idea de lo que va a ir el libro: sí, de teoría de cuerdas, y, como dice él mismo: "de la explicación científica de los milagros aparentes de la física y la cosmología, y de sus implicaciones filosóficas". Bueno, y de muchas cosas más, pero fundamentalmente de cómo la teoría de cuerdas bien mezclada con el principio antrópico, el principio holográfico y los multiversos, están revolucionando nuestra concepción de la naturaleza ... y la de los físicos.

Pero no comienza dando nada por sabido, y hace una buena explicación de todo lo que comenta; de hecho hace una muy buena explicación de muchas de las cosas que comenta. Puesto que se va a hablar de bastante de mecánica cuántica y de física de partículas, nos hace una introducción a la misma y a los conceptos que en ella se manejan, bastante clara (dentro de que la mecánica cuántica es lo que es), como de los diagramas de Feynman dentro del capítulo primero o la energía del vacío de la que comenta cosas bastante interesantes, como: "por muchas veces que dupliquemos el tamaño del universo, la densidad del vacío sigue siendo la misma y su efecto repulsivo nunca disminuye" (que es algo, en principio chocante para la lógica que manejamos los mortales). También habla de los comienzos de la teoría de cuerdas y de los espacios de Calabi Yau (que aparecen comentados en casi todos de los libros que hablan un poco en serio de la teoría de cuerdas) y las singularidades cónicas (conifold). En fin, que explica muy bien todo lo que luego utiliza para desarrollar su opinión sobre la explicación científica del "diseño inteligente". Según se va adentrando más en el meollo del asunto, empieza con dos conceptos que serán claves a lo largo de todo el libro, que son el de "paisaje" y "megaverso" (él mismo reconoce que hoy en día muchos utilizan la palabra "multiverso" en vez de "megaverso", pero en realidad se refieren a lo mismo). Y nos indica que hay que tener cuidado y que "los conceptos de paisaje y megaverso no deben confundirse. El paisaje no es un lugar real. Piense en él como una lista de todos los posibles diseños de universos hipotéticos ... El megaverso, por el contrario es muy real. Los universos de bolsillo que lo llenan son lugares que existen realmente, no posibilidades hipotéticas".

Resumiendo, son 433 páginas con un glosario final por si alguien se despista, que se leen bastante bien y muy bien explicadas; luego podremos estar más o menos de acuerdo con lo que dice, pero hay que tener en cuenta que han pasado 10 años desde que se escribió, y en diez años pasan muchas cosas, aunque en general, los temas de los que habla el libro siguen estando en la frontera de la física.

Como siempre, copio un párrafo:
"Estas conclusiones relativas a la existencia de una constante cosmológica son tan importantes que quiero repetirlas. La existencia de una pequeña constante cosmológica, que representa el 70% de la energía del universo, resuelve los dos mayores enigmas de la cosmología. Primero, la energía adicional es suficiente para hacer el universo plano. Este hecho elimina la molesta discrepancia entre la planicie observada del espacio y el hecho de que la masa del universo sea insuficiente para hacerlo plano.
La segunda paradoja que queda eliminada por la constante cosmológica es la discrepancia igualmente molesta que supone el hecho de que las estrellas más viejas parecen más viejas que el universo. De hecho, la misma energía del vacío - setenta por ciento del total- es exactamente la que se necesita para hacer el universo un poco más viejo que estas antiguas estrellas."

Clasificación:
Facilidad de lectura: 1-2.
Opinión: 4-5 (muy bien escrito, muy claro y tomando partido).

sábado, 5 de marzo de 2016

El universo cuántico




















Escrito por Brian Cox y Jeff Forshaw y publicado en 2014 (el original es del 2011, pero ha tenido diferentes ediciones con añadidos) por Penguin Random House Grupo Editorial (dentro de Editorial Debate).

Sobre los autores, simplemente decir que los dos son físicos teóricos en la Universidad de Manchester y poco más, que ya comenté en este blog otro libro suyo: ¿Por qué E=mc2? y ahí di detalles de ambos. Añadir que este libro lo compré precisamente porque me gustó bastante el primero que me leí de ellos.

Como ellos mismos dicen, lo que tratan de explicar a lo largo del libro (y en mi opinión lo consiguen) es el funcionamiento de eso que los físicos llaman mecánica cuántica, o por decirlo en otras palabras, de la física de lo muy pequeño, y, como reza el subtitulo del libro: por qué todo lo que puede suceder, sucede (no confundir esto con la famosa Ley de Murphy).

La verdad es que no se andan por las ramas explicando hechos históricos previos al desarrollo de la mecánica cuántica en sí, y ya en el segundo capítulo están hablando del modelo atómico de Bohr y del famoso experimento de la doble rendija, el del patrón de interferencia de electrones que indica que los electrones se comportan como ondas y no sólo como partículas. De hecho, dan la mejor explicación que he leído nunca del experimento (y la más cuántica también). Hay que estar muy atentos en el capitulo tres, porque ahí introducen una notación con relojes que seguirán usando para explicar diversos procesos a lo largo de todo el libro, y conviene tener las ideas claras para no quedarse luego sin entender otros desarrollos; vamos, que merece la pena releer algunas partes para quedarse bien con las ideas (bastante bien explicadas).

Como siempre, en los libros que hablan de mecánica cuántica, no podían faltar las menciones a Dirac, Pauli, Heisenberg, Schrodinger, Einstein Teller, Feynman, etc .. Aparecen también algunas cosas curiosas que, al menos para mi, eran totalmente desconocidas, como la ecuación de De Broglie, lo que se entiende por acción, pero al margen de las cosas desconocidas o no, la verdad es que explican todo con mucha claridad (incluidos los diagramas de Feynman en el capitulo 10 ó el funcionamiento de los transistores en el capítulo 9).

También, como en otros libros que he comentado con anterioridad, vuelven a hacer referencia a que cualquier teoría que no sea susceptible de falsación no es una teoría científica, de hecho, tal y como indican, en palabras del biólogo Thomas Huzley: "la ciencia es sentido común organizado, donde muchas hermosas teorías han muerto a manos de un hecho desagradable". Con esto lo que nos intentan decir es que las teorías, además de explicar los fenómenos que observamos, luego tienen que aguantar los resultados de experimentos para verificarlas o refutarlas. Cualquier teoría que no pueda ser verificada experimentalmente no es demasiado científica.

Antes de copiar el trozo habitual del libro, me gustaría indicar que tiene dos finales. Uno, para los que no quieran ver ningún cálculo matemático, en la página 243, y otro, para los que quieran ver un cálculo aproximado del que realizó Chandrasekhar en 1930 sobre el equilibrio de presiones en una enana blanca, un poco más allá, en la página 275 (en mi opinión merece la pena leer este epilogo). Resumiendo, un libro que habla de un tema bastante complejo, pero explicado de una forma bastante sencilla (eso sí, que nadie se despiste con los relojes).

Como siempre, copio un trocito:
""En una fiesta conoció a Herbert Jehle, un físico europeo que estaba pasando una temporada en Princeton, y, como es habitual entre los físicos cuando han tomado unas copas, empezaron a comentar ideas que estaban investigando. Jehle recordó el oscuro articulo de Dirac, y al día siguiente lo encontraron en la biblioteca de Princeton. Feynman empezó inmediatamente a calcular utilizando el formalismo de Dirac y, a lo largo de una tarde en compañía de Jehle, descubrió que podía derivar la ecuación de Schrodinger de un principio de acción. Fue un gran avance, aunque al principio Feynman supuso que Dirac ya lo habría hecho, porque era muy fácil. Fácil, claro está, si uno es Richard Feynman. Más adelante, Feynman le preguntaría a Dirac si sabía que, con unos pocos pasos matemáticos más, su articulo de 1933 se podía utilizar de esa manera. Tiempo después, Feynman recordaría cómo Dirac, tumbado en el césped en Princeton tras haber impartido una conferencia más bien deslucida, respondió simplemente: "no, no lo sabía. Es interesante". Dirac fue uno de los físicos más importantes de todos los tiempos, pero también era un hombre de pocas palabras. Eugene Wigner, otro de los grandes, decía que Feynman es un segundo Dirac, pero humano."

Clasificación:
Facilidad de lectura: 2 (en algunos sitios hay que pararse un poco).
Opinión: 5 (me ha gustado bastante y se lee muy bien).

sábado, 18 de julio de 2015

Constantes



Escrito por Rafael Alemañ Berenguer y publicado por Editorial Almuzara en el 2013.

La verdad es que es el primer libro que leo de este autor, a pesar de que tengo algún que otro libro suyo en la recámara. El autor es licenciado en ciencias químicas y en ciencias físicas entre otras cosas, motivo para darle una oportunidad.

Antes de comentar el contenido del libro, tengo que indicar que la editorial no ha debido poner mucho esfuerzo en la corrección gramatical del mismo, porque tiene bastantes errores digamos que de maquetación (vamos, que hay momentos en los que tienes que imaginarte las palabras que escribió el autor).

Si obviamos este pequeño detalle, la obra en sí da muchos, pero que muchos datos sobre las constantes de las que habla, algunas de ellas totalmente desconocidas por mi (con poner los títulos de los capítulos ya se sabe de lo que va a hablar el libro: número de Avogadro, constante de Boltzmann, el enigma de la entropía, número de Feigenbaum, cargas eléctricas, constante dieléctrica, velocidad de la luz, constante de Planck, constante de gravitación universal, constante cosmológica, fuerzas y partículas, ¿un mensaje oculto?).

Es verdad que el comienzo es demasiado químico para mi gusto (como matemático, mi contacto con la química se limita a los estudios preuniversitarios, un poco olvidados ya), pero para los que les guste la química, el primer capítulo es un buen resumen de lo estudiado en aquellos años de juventud. Cuando digo que da muchos datos, me refiero a que de verdad da muchos datos. Yo he leído el libro de capítulo en capítulo para no saturar mis pobres neuronas. En algunos momentos la cantidad de información, sobre todo de los distintos experimentos para la obtención de mejoras en la estimación del valor de algunas constantes, es un poco excesivo para mi gusto y no ayuda a una mejor comprensión del texto (en mi opinión, al contrario, hay un momento en que los "palabros" son demasiados). Si bien en otras ocasiones consigue explicar algunas cosas de formas bastante buenas (como el caso del caos y los atractores de Lorenz). También hay que decir que no se corta mucho a la hora de poner fórmulas (cosa normal por otra parte cuando está intentando explicar el valor de constantes, que de algún lado saldrán las pobres).

La verdad es que en el libro aparecen todos los grandes de la física y unos cuantos grandes de las matemáticas y la química, porque cuando explica una constante, explica cómo fue surgiendo la idea de la misma y su historia (con todos los protagonistas de ella). La variedad de temas también es muy amplia, ya que trata desde la mecánica clásica hasta la física cuántica, pasando por la teoría del caos, la teoría de supercuerdas, y media historia de la humanidad. Por contenido no se puede quejar uno, otra cosa es que para mí, es un poco excesivo, pero para gustos se hicieron los colores (sí, de lo que es el color en los quarks también habla).

Por resumir, 267 páginas que hay que leer con calma y en un ambiente con poco ruido, que como ya he dicho, hay mucho que masticar en cada capítulo. Y por Dios, que la editorial compruebe un poco los errores (no de contenido, que eso está bien) antes de sacar otra edición.

Como siempre, copio un trocito:
"Los diagramas de Feynmann, que usaban líneas en la descripción de las trayectorias de las partículas puntuales en el espacio-tiempo, deben utilizar ahora tubos para simbolizar el avance de los bucles formados por las supercuerdas cerradas sobre sí mismas. Este hecho comporta una peculiar implicación, acaso de largo alcance: con un diagrama de Feynmann de supercuerdas, dos observadores distintos jamás llegarán a un acuerdo sobre la posición exacta de una interacción, cosa en la que sí podrían concordar de tratarse con partículas puntuales salvo por las incompatibilidades de Heisenberg. Diferentes observadores contemplarán los acontecimientos mediante distintas "rebanadas" de espacio-tiempo de modo que resultará imposible establecer la localización puntual de una determinada interacción o suceso."

Clasificación:
Facilidad de lectura: 4 (entre los errores de la edición y el contenido, hay algunas partes complicadas).
Opinión: 2.

domingo, 14 de diciembre de 2014

El carácter de la ley física













Escrito por Richard P. Feynman y editado por Tusquets Editores en 2000 y 2005 (aunque el original es de mucho, mucho tiempo antes).
 
Sobre el autor decir, nuevamente, que es uno de los más grandes físicos de todos los tiempos (premio Nobel incluido). Por resumir, diré que estudió física en el MIT y se doctoró en Princeton. Y para el que eso le parezca poco, trabajó en Los Alamos (sobre el trabajo que se llevó acabo allí, comenté un libro en este blog, "Aventuras de un matemático") y desarrolló, como no podía ser de otro modo, dado el nombre, los "diagramas de Feynman", de los cuales llevo un par de ellos en mis aletas de buceo (soy así).
 
Aunque sólo he comentado un libro suyo antes (¿Qué significa todo eso?), también hay otro libro del que es protagonista, aunque no autor, que es el de "El arcoíris de Feynman", y un video corto que pues hace tiempo (este), que está en la web oficial a la que he puesto el link anterior con su nombre.
 
Centrándonos en este libro, comentar que es un resumen y a la vez una introducción a las principales leyes físicas. Voy a enunciar los capítulos, porque creo que con eso queda bastante claro de qué va: 1.-La ley de la gravedad, un ejemplo de ley física, 2.-La relación de las matemáticas con la física, 3.- Los grandes principios de conservación, 4.-Simetría y ley física, 5.-La distinción entre pasado y futuro, 6.-Probabilidad e incertidumbre: la visión de la naturaleza a través de la mecánica cuántica, 7.-En busca de nuevas leyes.
 
Cada capítulo tiene, más o menos veinticinco páginas, por lo que se puede leer un capítulo cada vez y en seis sentadas está leído. Creo que en todo el libro no hay más de diez fórmulas (todas muy simples) y muchas explicaciones muy buenas. Durante el desarrollo del libro salen a relucir casi todos los nombres de los grandes físicos que han surgido a lo largo de la historia. Sobre las simetrías y los principios de conservación ya he hablado antes (cada vez que lo hago menciono a Emmy Noether y me enrollo, así que esta vez no diré nada más) y el resto de capítulos creo que son suficientemente claros sobre el asunto del que tratan. Comentar no obstante que cuando habla de mecánica cuántica, no se centra en sus aportaciones, y hace una muy buena explicación del famoso experimento de los electrones con la rejilla y que establece la necesidad del uso de las matemáticas en la física (a pesar de lo que eso significa). Y, por supuesto, recomendar el último capitulo, que dedica, como él mismo dice, al arte de adivinar las leyes de la naturaleza (muy instructivo).
 
Resumiendo, son sólo 190 páginas, que se leen muy bien y que se pueden imaginar como siete conferencias separadas (que es lo que realmente son, las Messenger Lectures de Feynman en la Universidad de Cornell en 1964).
 
Como siempre, copio un trocito:
"Es una pena que para ello se necesiten las matemáticas y que éstas resulten difíciles para algunos. Se dice, aunque no sé si es cierto, que un rey que estaba intentando aprender geometría guiado por Euclides se quejó de que era difícil, a lo que Euclides contestó: "No hay camino fácil hacia la geometría". Y ciertamente no lo hay. Los físicos no pueden pasarse a otro lenguaje. Si se quiere conocer la naturaleza, si se quiere captarla, es necesario conocer le lenguaje en el que nos habla. La naturaleza nos ofrece su información sólo de una manera, y no debemos ser tan poco humildes como para pedirle que cambie antes de prestarle atención".
 
Clasificación:
Facilidad de lectura: 1
Opinión: 5

miércoles, 26 de junio de 2013

Un vídeo corto pero muy instructivo

Un vídeo de un trocito de una clase de Richard Feynman en 1964 (lo recomendaban en el libro "¿Por qué E=mc2?" que me estoy leyendo y quería compartirlo).

martes, 14 de junio de 2011

Qué significa todo eso




















Escrito por Richard P. Feynman y editado por Crítica S.L. dentro de su colección Drakontos en 1999.

No es un libro típico, sino que es una recopilación de las tres conferencias nocturnas que impartió en 1963 en la Universidad de Washington (tituladas originariamente: "This unscientific age", "Science and human values" y "Science and man´s future").

Es un libro que cualquiera va a poder leerse en una tarde tranquila (o dos), sin prisas y disfrutando de la facilidad de lectura de sus 135 páginas con una letra muy cómoda para la vista. En él, se habla de la política, la economía, la religión, las creencias (estilo ovnis, curaciones milagrosas,...) y su relación con la ciencia, o mejor dicho, el punto de vista que sobre ellas tiene uno de los mejores físicos de todos los tiempos. En definitiva, un libro cortito, pero que hace que nos replanteemos muchos de los pensamientos que damos por hecho que son así porque deben serlo, cuando realmente nada obliga a que sean así, por ejemplo nos plantea los problemas típicos de las muestras en estadística a partir de las cuales muchos investigadores obtienen conclusiones que nos intentan hacer ver como reales, cuando no lo son tanto.

Recomendado para una lectura rápida y sin muchos quebraderos de cabeza. Eso sí, tengo que reconocer que tengo debilidad por este hombre y todo lo que me he leído de él hasta la fecha me ha parecido estupendo. Copio un trocito, que por estas fechas además viene bastante al caso:

"Ningún gobierno tiene el derecho a decidir sobre la verdad de los principios científicos, ni a prescribir en ningún modo el carácter de las cuestiones investigadas. Ni tampoco puede un gobierno determinar el valor estético de las creaciones artísticas, ni limitar las formas de expresión artística o literaria. Ni debería pronunciarse sobre la validez de las doctrinas económicas, históricas, religiosas o filosóficas. En lugar de ello, tiene el deber para con sus ciudadanos de mantener la libertad, de dejar que aquellos ciudadanos contribuyan a la posterior aventura y al desarrollo de la especie humana".

Clasificación:
Facilidad de lectura: 1
Opinión: 4 (no es un libro típico de divulgación científica).

lunes, 31 de enero de 2011

El arco iris de Feynman




















Escrito por Leonard Mlodinow y editado por Crítica en 2004 (una editorial que mencionaré muchas veces ya que tiene una colección muy buena de libros dentro de la colección Drakontos).

Al igual que el libro comentado anteriormente, es un libro de una lectura muy fácil que tampoco se centra en los detalles técnicos de ningún descubrimiento. Se trata de las sensaciones de un recién doctorado en física (Leonard Mlodinow) que llega como profesor al Caltech y se encuentra en un despacho en el mismo corredor que los despachos de Feynman y Gell-Mann, lo que bastaría para someter a presión a cualquiera. Además, le dejan que él mismo decida en qué quiere investigar, lo que le somete a una mayor presión aún. Y ahí comienza el libro, su relación con el resto de profesores, sobre todo con Richard Feynman, sus pensamientos (muchos de los cuales estoy seguro que hemos tenido todos en algún momento a lo largo de nuestras vidas) y unas conversaciones dignas de retener en la memoria. En mi opinión, muy recomendable también y para leer en una sola tarde en la que no se produzcan interrupciones, ya que son sólo 180 páginas que se hacen realmente muy cortas.

Copio un poco de una conversación entre Feynman y Mlodinow. Empieza hablando Feynman:

"- ¿Cómo va tu trabajo? - preguntó.
Me encogí de hombros.
- En realidad no va.
Yo deseaba ser como Constantine. Todo le resultaba fácil.
- Déjame preguntarte una cosa. Piensa en cuando eras un niño. Para ti eso no es retroceder demasiado. Cuando eras un niño, ¿te gustaba la ciencia?, ¿era tu pasión?
Asentí con la cabeza.
- Hasta donde puedo recordar.
- A mí también - dijo-. Recuerda, se supone que es divertida. Y echó a andar."

Clasificación:
Facilidad de lectura: 1
Opinión: 5