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miércoles, 4 de mayo de 2011

El gran diseño




















Escrito por Stephen Hawking y Leonard Mlodinow y editado por Editorial Crítica en el 2010.

Un libro totalmente accesible a cualquier persona con un mínimo de sentido común, es más, no hace falta ni saber lo que es una derivada para entender los razonamientos que desarrollan a lo largo de las 204 páginas de un libro que, al menos en la edición que he leído yo, tiene una calidad de imprenta espectacular (y un error tonto de traducción que ya está corregido en la segunda edición, y las que vendrán, que apuesto a que se va a vender casi tanto como otros de los mismos autores).

El desarrollo del libro pretende explicar un objetivo que queda claro desde el titulo del mismo: explicar el gran diseño del universo y por qué estamos en él.

Ha generado un polémica por algo que en el fondo tampoco termina de decir. En ningún momento se dice que Dios no exista. Entre otras cosas porque como buenos científicos que son los dos, sólo dicen cosas que puedan demostrar, y de momento, que yo sepa, la demostración de que Dios no existe no está muy perfeccionada (claro que tampoco la contraria).

Para conseguir el objetivo pretendido, da un repaso a bastantes cuestiones con un trasfondo matemático y físico muy complejo, pero explicados de forma sencilla e inteligible para el común de los mortales. Habla de las historias alternativas (los caminos de Feynman), la teoría de cuerdas, la teoría M, el principio antrópico (mecionado en multitud de libros de ciencia, y que la primera vez que lo lees parece algo muy simple, pero a medida que vas pensando en ello, vas entendiendo el por qué genera diferentes puntos de vista), de los multiversos, del aparente milagro de vivir en un planeta como el nuestro, del juego de la vida de John Conway (que realmente no es un juego)..., en fin, de temas interesantes y dando respuestas actuales a preguntas tan antigüas como: ¿por qué hay algo en lugar de no haber nada? ¿por qué existimos? ¿por qué este conjunto particular de leyes y no otro? (y se refiere a las leyes físicas, no a las desarrolladas por los poderes legislativos, que esa pregunta no la podrían responder ni ellos ni todos los premios Nobel juntos).

Resumiendo muy recomendable, de lectura fácil, y que si nos dejan una tarde tranquilos en el sofá, nos lo ventilamos sin darnos cuenta.

Como es habitual, copio un par de líneas:
"En el universo primitivo -cuando el universo era tan pequeño que era regido tanto por la relatividad general como por la teoría cuántica- había efectivamente cuatro dimensiones del espacio y ninguna del tiempo. Ello significa que cuando hablamos del "inicio" del universo no tenemos en cuenta la cuestión sutil de que, en el universo muy primitivo, ¿no existía un tiempo como el tiempo que conocemos ahora!"

Clasificación:
Facilidad de lectura: 1
Opinión: 4

lunes, 31 de enero de 2011

El arco iris de Feynman




















Escrito por Leonard Mlodinow y editado por Crítica en 2004 (una editorial que mencionaré muchas veces ya que tiene una colección muy buena de libros dentro de la colección Drakontos).

Al igual que el libro comentado anteriormente, es un libro de una lectura muy fácil que tampoco se centra en los detalles técnicos de ningún descubrimiento. Se trata de las sensaciones de un recién doctorado en física (Leonard Mlodinow) que llega como profesor al Caltech y se encuentra en un despacho en el mismo corredor que los despachos de Feynman y Gell-Mann, lo que bastaría para someter a presión a cualquiera. Además, le dejan que él mismo decida en qué quiere investigar, lo que le somete a una mayor presión aún. Y ahí comienza el libro, su relación con el resto de profesores, sobre todo con Richard Feynman, sus pensamientos (muchos de los cuales estoy seguro que hemos tenido todos en algún momento a lo largo de nuestras vidas) y unas conversaciones dignas de retener en la memoria. En mi opinión, muy recomendable también y para leer en una sola tarde en la que no se produzcan interrupciones, ya que son sólo 180 páginas que se hacen realmente muy cortas.

Copio un poco de una conversación entre Feynman y Mlodinow. Empieza hablando Feynman:

"- ¿Cómo va tu trabajo? - preguntó.
Me encogí de hombros.
- En realidad no va.
Yo deseaba ser como Constantine. Todo le resultaba fácil.
- Déjame preguntarte una cosa. Piensa en cuando eras un niño. Para ti eso no es retroceder demasiado. Cuando eras un niño, ¿te gustaba la ciencia?, ¿era tu pasión?
Asentí con la cabeza.
- Hasta donde puedo recordar.
- A mí también - dijo-. Recuerda, se supone que es divertida. Y echó a andar."

Clasificación:
Facilidad de lectura: 1
Opinión: 5